miércoles, 10 de noviembre de 2010

HERMES, APOLO Y LAS OLIMPIADAS

OLIMPIADAS GRIEGAS
La fiesta de la ciudad de Olimpia, que estaba emplazada en la zona norte de la Península del Peloponeso, estaba consagrada a Zeus, el dios más importante del Panteón griego; a esta celebración acudían ciudadanos griegos de las más diversas polis a presentar sus ofrendas. Durante esta conmemoración se realizaban los denominados Juegos Olímpicos u Olimpiadas; estas eran unas competencias de carácter deportivo, las que se llevaban a cabo cada cuatro años, y en las que sólo podían participar hombres. La primera Olimpiada data del año 776 a. de C. La duración de estas competencias era de cinco días, y en el primer y el último día se desarrollaban rituales de adoración a Zeus, los que incluían sacrificios, procesiones y banquetes.
Los Juegos Olímpicos se practicaban en un estadio construido especialmente para ellos, el que medía casi 194 metros de largo, y poseía una forma elíptica enmarcada por graderías en sus costados que albergaban al público espectador. Las especialidades que practicaban los competidores incluían el pentatlón, el que consistía en cinco pruebas: el salto largo, la carrera de velocidad, el lanzamiento del disco, del dardo y la lucha.  En las Olimpiadas, además, se realizaban las prestigiosas carreras de carros y caballos; estas últimas, se realizaban en otro recinto denominado hipódromo, el cual mantenía la figura elíptica. Los vencedores de las competencias eran ungidos con aceite y condecorados con una corona de laurel. Finalmente, es preciso volver a precisar que mientras se celebraban los Juegos Olímpicos, se interrumpían todas las acciones bélicas que se estuvieran desarrollando en Grecia; esta condición era fruto de una paz que las ligas helénicas aseguraban para no interferir con los tributos al dios Zeus.


HERMES Y APOLO

Hermes nació en el monte Cilene, en Arcadia. Su madre, Maia, había quedado embarazada de una aventura amorosa con Zeus. Maia lo envolvió en mantas pero Hermes escapó cuando ella dormía. Hermes corrió a Tesalia, donde Apolo estaba pastoreando su ganado. El pequeño Hermes robó varias de sus vacas y las llevó a una cueva en los bosques cercanos a Pilos, borrando sus huellas. En la cueva encontró una tortuga y, usando los intestinos de una de las vacas y el caparazón de la tortuga fabricó la primera lira. Apolo se quejó a Maia de que su hijo había robado su ganado, pero Hermes ya había vuelto a las mantas en las que ella le había dejado, por lo que Maia rehusó creer las afirmaciones de Apolo. Zeus intervino y, afirmando haber visto los hechos, secundó a Apolo. Entonces Hermes empezó a tocar música en la lira que había inventado. Apolo, dios de la música, se enamoró del instrumento y ofreció permitir el intercambio del ganado por la lira. Así, Apolo se convirtió en un maestro de dicho instrumento, que pasó a simbolizarle.

APOLO Y LAS OLIMPIADAS

*Dentro de las cualidades de Apolo destacó su capacidad atlética, por ello fue el primer ganador de los antiguos juegos Olímpicos.*
Apolo (hijo de Zeus y de Leto) venció a la serpiente pitón, la cual guardaba los secretos del templo del Parnaso, en Olimpia. Después de su triunfo cortó una rama de encino (entonces no existía el laurel) y se elabora una corona que coloca en su cabeza. En este momento declaró inaugurados los juegos Pitios (relacionados con su triunfo sobre Pitón), que deberían efectuarse cada cuatro años en Olimpia, lugar de su triunfo; por eso posteriormente se han llamado Olimpiadas.
Pero entonces Eros (Cupido para los romanos), el Dios del Amor, le dijo a Apolo: tú eres un gran atleta y un valiente guerrero pero yo te voy a vencer con mis flechas. Apolo se rió de él y Eros le lanzó una de sus flechas con punta de oro para que se enamorase de Dafne (que significa Laurel en griego), la hermosa hija de Peneo, dios del Río. Al mismo tiempo, Eros le lanzó también una flecha con punta de plomo a Dafne, para que rechazara a Apolo. Apolo la intentó conquistar sin éxito, hasta que ésta se hartó y le pidió a Zeus que la transformase en un árbol para evitarle. Zeus la complació y la convirtió en un laurel.
Entonces Apolo convierte en sagrado al laurel y a partir de ese momento la corona de laurel pasa a ser simbolo del triunfo, y, por tanto pasa también a formar parte de los atributos del dios Apolo.
 

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